(Medios para adquirir y conservar la Sabiduría Eterna y Encarnada, propuestos por San Luis María de Montfort)
JESUCRISTO PRINCIPIO Y FIN (Punto de partida)
Hablar de espiritualidad Montfortiana es hablar del sendero descubierto, seguido y a la vez trazado por el P. de Montfort, centrado en Jesucristo, sabiduría Eterna y Encarnada, pues
“El es el fin último de toda devoción, salvador del mundo, verdadero Dios y verdadero hombre.
El alfa y la omega, el principio y el fin (Ap 1, 8; 21,6) de todas las cosas.
Sólo en Cristo habita realmente la plenitud total de la divinidad (Col 2, 9) y todas las demás plenitudes de gracia, virtud y perfección.
Sólo en Cristo hemos sido bendecidos (Ef. 1, 3).
El es el único maestro que debe enseñarnos
El único Señor de quien debemos depender,
La única cabeza a la que debemos estar unidos,
El único modelo al que debemos asemejarnos,
El único pastor que debe apacentarnos,
El único camino que debe conducirnos,
La única verdad que debemos creer,
La única vida que debe vivificarnos,
Y el único todo que en todo debe bastarnos.
Dios no nos ha dado otro fundamento de salvación, perfección y gloria que Jesucristo.
Todo edificio que no este construido sobre esta roca firme, se apoya en arena movediza,
Quien no esté unido a Cristo como el sarmiento a la vid, caerá, se secará, y lo echarán al fuego (ver Jn 15, 6).
POR JESUCRISTO, CON JESUCRISTO, EN JESUCRISTO LO PODEMOS TODO: TRIBUTAR AL PADRE EN LA UNIDAD DEL ESPIRITU SANTO TODO HONOR Y GLORIA; HACERNOS PERFECTOS Y SER OLOR DE VIDA ETERNA PARA NUESTRO PROJIMO”[1] .
Con claridad e insistencia, y hasta de muchas maneras, el p. de Montfort pone en Jesucristo Sabiduría el fundamento de la vida cristiana, pues como lo dice la misma Palabra “el es la piedra angular”. Y entonces si él es el centro, toda la vida con sus opciones, deseos, acciones, sentimientos, dolores y sufrimientos, sueños y proyectos, debe estar atravesada por su fuerza redentora, y a vivir con él, en él, por él, y para él debe orientarse toda existencia cristiana. Desde esta perspectiva, podemos descubrir la importancia y adentrarnos, en lo que el p. de Montfort ha llamado, los medios para adquirir la Sabiduría, Jesucristo.
En el Amor de la Sabiduría Eterna, el padre de Montfort después de haber presentado la Sabiduría Eterna y Encarnada antes, durante y después de la encarnación (ASE 1 - 14), describe y propone los cuatro medios para poseer y conservar la Divina Sabiduría (ASE 15-17): deseo ardiente, oración continua, mortificación universal y una verdadera y tierna devoción a la santísima Virgen, que vistos desde la dinámica del crecimiento espiritual montfortiano, se convierten en itinerario seguro y hasta obligado de quien quiere asumir el camino espiritual del p. de Montfort. A continuación presentamos cada uno de los medios desde tres orientaciones: lo que dice Montfort, lo que ello significa para nosotros y una propuesta metodológica para profundizarlos y asumirlos en el acompañamiento.
Deseo Ardiente:
“Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llame a una puerta se le abrirá”.
1. El deseo en el p. de Montfort
El tema del deseo aparece recurrente al mirar la vida y los escritos del p. de Montfort, y ese deseo no es otro que el de Dios y su gloria. Como lo atestiguan sus biógrafos, se descubre que desde su más tierna infancia profesó un profundo amor a Dios, “su piedad de niño tiene rasgos de espontaneidad, desde su infancia le agrada hablar de Dios”. Es este deseo de Dios que va a movilizarlo en toda su obra espiritual y misionera: Su vida escondida y mortificada, para luchar contra su naturaleza, según su expresión, ‘deseosa de manifestarse’; su actitud orante y contemplativa, abierta al misterio divino; sus grandes empresas misioneras; sus fundaciones, etc. En torno a este tema del deseo desarrolla diferentes puntos que surgen muy importantes dentro la espiritualidad.
1.1. El deseo de Dios.
¨ “Esta eterna y regiamente amable belleza tiene deseo tan vivo de la amistad del ser humano, que para conquistarlo ha escrito expresamente un libro, manifestando en él sus excelencias y los deseos que tiene de los seres humanos… Libro que es como una carta de la amante a su amado para ganar su afecto. Los deseos de poseer el corazón de ser humano que manifiesta en él son tan apremiantes, la solicitud que revela para ganarse su amistad es tan delicada, sus llamadas y anhelos son tan amorosos, que - al oírla hablar – se diría que no es la reina del cielo y de la tierra y que para ser feliz necesita de los seres humanos (ver Prov 8, 15-31)”[2];
¨ “En busca del ser humano recorre largos caminos o sube a la cima de las más altas montañas, ora llega a la puerta de las ciudades, ora penetra en las plazas públicas, o en medios de las multitudes y grita a voz en cuello: a ustedes hombres os llamo”[3];
¨ “Finalmente para acercarse más a los seres humanos y testificarles su amor aún más sensiblemente, la Sabiduría eterna llegó hasta encarnarse, hacerse niño y pobre y morir por ellos en la cruz”[4],
¨ “la sabiduría se encarnó con la única finalidad de atraer a su amor e imitación los corazones humanos: por ello se ha complacido en adornarse con todas las amabilidades y dulzuras humanas más atrayentes y delicadas, sin defecto ni fealdad alguna”[5].
1.2. La necesidad del hombre:
¨ “La razón más poderosa que puede impulsarnos a amar a Jesús, la sabiduría encarnada, es, a mi juicio, la consideración de los dolores que quiso padecer para mostrarnos su amor”[6];
¨ “razón más que suficiente para animarlos a pedirla al Señor (la Sabiduría) con toda la fe y ardor posibles la constituye cuanto nos revela el Espíritu Santo acerca de la grandeza y hermosura de la Sabiduría, de los deseos que tiene Dios de dárnosla y de la necesidad que tenemos de poseerla”[7].
¨ “Cuando la Sabiduría entra en una persona, le trae toda clase de bienes y le comunica riquezas innumerables..: discernimiento y penetración, transmisión atrayente y eficaz de la Buena Noticia, gozo y consuelo, dones y virtudes del Espíritu Santo, grandes empresas, pesadas cruces”[8].
2. El mundo infinito de los deseos[9]
La Sabiduría provoca todos los deseos. En primer lugar el deseo de ser feliz y luego los de amistad, de ternura, de placer, de dicha, de inmortalidad, de riquezas, de honores, de poder, de conocimiento, de la virtud. Y estos deseos hacen también parte de lo más hondo del corazón humano: aceptación social, respeto, posición, agrupación, ayuda mutua, cambio, conocimiento, dependencia afectiva, dominio…de omnipotencia, de poseerlo todo, de satisfacerlo todo, etc. Es decir, es el ser humano, un cúmulo infinito y hasta indescifrable de deseos
Este deseo del hombre se encuentra inevitablemente con el deseo de Dios. El hombre puede desearlo todo, pero su deseo se estrella con el deseo que Dios tiene de él… en el crecimiento espiritual, no basta conocer los propios deseos, hay que conocer los de Dios. Hay que conocer lo que es grato a Dios, sus deseos, aquello que le agrada.
El p. de Montfort califica la sabiduría del mundo, como búsqueda constante y solapada de los propios caprichos e intereses. Esta sabiduría se opone a la verdadera, que no busca el provecho propio, no arraiga en el corazón de quienes viven cómodamente. El discernimiento entre la verdadera y la falsa sabiduría pasa por la distinción entre interés y gratuidad, entre satisfacción y gratuidad, y renuncia. El interés es la gratificación de las necesidades disonantes a través de la búsqueda del bien aparente. El seguimiento de la verdadera Sabiduría es la búsqueda del bien real, renunciando a la satisfacción de las necesidades disonantes, es esencialmente una superación de sí mismo. Se busca entonces una reordenación de los deseos.
3.La transformación del deseo
LOS DESEOS QUE ME HABITAN…
Se trata de cada día revisar la vida desde los deseos en las diferentes dimensiones de la propia vida.
(Deseo de ser feliz y de amistad, de ternura, de placer, de dicha, de inmortalidad, de riquezas, de honores, de poder, de conocimiento, de la virtud. Y estos deseos hacen también parte de lo más hondo del corazón humano: aceptación social, respeto, posición, agrupación, ayuda mutua, cambio, conocimiento, dependencia afectiva, dominio, huida del peligro y de la inferioridad excitabilidad, exhibicionismo, gratificación sexual, juego, orden, reacción, de omnipotencia, de poseerlo todo, de satisfacerlo todo, etc. Es decir, es el ser humano, un cúmulo infinito y hasta indescifrable de deseos)
¨ Al leer estos deseos tomo conciencia con qué fuerza se hacen presentes mí cada uno, trato de sentirlos…
¨ Reconozco y acepto mis deseos…
¨ Elijo aquellos que son más fuertes y determinantes…
EL DESEO DE DIOS
Tomar conciencia de aquello que Dios quiere de mí
¨ La escucha con humilde aceptación,
¨ Obrar en él y por él con perseverante fidelidad,
¨ Adquirir la luz y unción necesarias para inflamar a los demás en el amor a la Sabiduría y conducirlos a la vida eterna[10].
REORDENANDO MIS DESEOS
De acuerdo al proyecto de vida priorizar los propios deseos.
¨Por Días o semanas meditar cada uno de los deseos, reordenados: Dios, La Sabiduría, María, la libertad, el amor… Y asumir la renuncia que el cultivo de ese deseo me implica…
Oración continua.
“Supongan que uno de ustedes, va a media noche donde un amigo para decirle: Amigo, préstame por favor, tres panes, porque me llegó un amigo de viaje y no tengo nada que ofrecerle. Pero el otro responde desde adentro: no me molestes: la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos. Yo les digo que, si el de afuera sigue golpeando, por fin se levantará a dárselos. Si no lo hace por ser amigo suyo, lo hará para que no lo siga molestando, y le dará todo lo que necesita”[11].
Montfort y la oración
Al mirar la vida de Montfort, sorprende su talante contemplativo; da la sensación de encontrarlo siempre en oración, habitado por la gracia de Dios, aprovechando todo tipo de oportunidad para estar con El. En cierta ocasión, recién llegado a Poitiers escribe al p. Leschassiers, su director espiritual, “hice un corto retiro en una modesta habitación, donde me sentía encerrado en medio de una gran ciudad, en la cual no conocía a nadie según la carne. Se me ocurrió no obstante ir al hospital…Entré a orar en su iglesita. Pasé casi 4 horas allí esperando la cena para servirles. Y me parecieron demasiado cortas. A algunos pobres, en cambio le parecieron demasiado largas”[12] . Lo que para Montfort es inacabable para los demás parece algo demasiado largo. Se sustrae del mundanal ruido para complacerse en Dios.
De estas largas horas, días y hasta semanas en oración del padre de Montfort son testigo aquellos lugares donde hoy se recuerda y se conserva la memoria de este santo que buscaba ininterrumpidamente la Sabiduría, que con la Biblia en su mochila, el rosario sobre su hábito, y la cruz y la imagen de María en mano, se escapaba del bullicio del mundo y del ambiente agitado de sus misiones para ir a lugares solitarios y apartados a estar a solas con Dios, transformando aquellos lugares en verdaderos tabernáculos donde habitar con EL. (Por ej. Merven, San Eloy, San Lázaro, Pot de Fer, etc.). Como conclusión de todas estas experiencias, y con la certeza del camino recorrido, va a escribir después, “la oración es el canal por el cual Dios Comunica ordinariamente sus gracias, y de modo especial la sabiduría”[13], Jesucristo.
Si bien, Montfort propone la oración como un medio para alcanzar la sabiduría, la presenta como un virtud concedida por la misma Sabiduría, que comunica a la persona los dones del Espíritu Santo, es decir es don que proviene de Dios, “ Cuando la Sabiduría eterna se comunica a una persona, le comunica en grado sumo todos los dones del espíritu Santo y todas las grandes virtudes”[14]. Podemos ver en esta indicación del padre de Montfort, la comprensión de la oración continua como gracia concedida por Dios.
La oración es el movimiento de la propia existencia hacia la conquista de la Sabiduría. El padre de Montfort pide una “fe viva y firme” libre de vacilaciones, y “pura”, es decir, que no se apoye en cosas externas o extraordinarias; Utilizando una “santa importunidad ante Dios”, es decir sin desmotivarse rápidamente, sino que “debes solicitarla día y noche, sin cansarte ni desanimarte”[15].
Sobre la oración podremos encontrar mucho en su vida y en sus escritos, pues hablar de Montfort, es hablar de un hombre de Dios, de un hombre de oración. El, convencido entonces de la fuerza de la oración, pide a sus misioneros “En todo tiempo y todos los días hacen al menos media hora de oración mental por la Mañana… rezan los quince misterios del rosario y la coronilla para atraer la bendición divina… celebran cada día la santa misa”[16]; “permanecen asiduamente en casa de su madre, es decir, aman el retiro, gustan de la vida interior, se aplican a la oración, a ejemplo y en compañía de su madre”[17].
A los miembros de la Compañía de María, repetidamente exhorta “siendo el ministerio de la predicación de la Palabra de Dios el más amplio, saludable y difícil de todos, los misioneros se aplican asiduamente al estudio y la oración a fin de alcanzar de Dios el don de Sabiduría”[18], y; a las Hijas de la Sabiduría escribe “hacen cada semana, al menos una hora de adoración al santísimo. Cada mes dedican un día al retiro, y cada año, diez días a los ejercicios espirituales”, y aconseja, “hagan todas sus acciones en presencia de Dios y para Dios solo; esto es orar siempre”[19].
Finaliza Montfort, al proponer la oración continua como medio para adquirir la Sabiduría: “A la oración vocal hay que añadir la mental. Esta ilumina el entendimiento, inflama la voluntad y capacita el alma para oír la voz de la Sabiduría, saborear sus dulzuras y poseer sus tesoros. Personalmente no encuentro nada tan eficaz para atraer a nuestras almas el Reino de Dios, la Sabiduría eterna, como el unir la oración vocal con la mental, mediante la recitación del santo rosario y la meditación de los quince misterios encerrados en él”[20].
En la oración, el p. de Montfort, encuentra el canal de encuentro, de comunicación, de gozo, de esperanza y de respuesta a su búsqueda apasionada. Y Dios que no se silencia ante quien se dispone y le busca sinceramente, responde depositando en él su Gracia.
Detenerse para el mundo y caminar para Dios…
Considero importante decir tres cosas que hacen relación a la oración.
Primera. La oración es un Don y a la vez una tarea, nos exige una constante disciplina pero a la vez una actitud muy confiada, bien lo dice Nouwen, “La paradoja de la oración es que nos exige un serio esfuerzo cuando a fin de cuentas es un don. No podemos planificar, organizar o manipular a Dios. Pero sin una disciplina cuidadosa, tampoco podemos recibirlo. Esta paradoja nos obliga a mirar más allá de los límites de nuestra existencia mortal”[21]. Es entonces necesario estar atento al Dios que se va manifestando, y al propio ser que va intuyendo los propios caminos. “Sigue siempre tu propia regla, encontrada y trabajada por ti, para estar con tu Señor. Guárdala en tu mente, en tu corazón y no dejes a tus pensamientos que vagabundeen a su gusto. Todas las veces que lo hagan, hazles volver y guárdalos en casa, en el armario de tu corazón y deléitate en la conversación con el Señor”[22].
Segunda. La experiencia espiritual, de oración, debe tocar las fibras de la condición humana. No podemos seguir proponiendo una oración ritual, obligatoria, vacía, que no transforma; la oración ha de poner en contacto con el misterio divino e ir traduciéndose en una conversión profunda. Pues, “El misionero, dice Juan Pablo II, en la Redemptoris Missio, 91, si no es contemplativo, no puede anunciar a Cristo de modo creíble. El misionero es un testigo de la experiencia de Dios y debe poder decir como los Apóstoles: ‘lo que contemplamos… acerca de la Palabra de vida… os lo anunciamos’” (1Jn 1,1-3)”[23]. En contravía del mundo, la oración no puede ser un perder el tiempo, sino una ganancia porque ganamos a Dios.
Tercera. La oración que asumimos y hacemos no puede sustraernos del mundo de la realidad, sino por el contrario acercarnos cada vez más a ella con el corazón de Dios, especialmente a la vida de los más pobres como lo hizo el mismo Jesús, pues su condición de Dios, lo acercó especialmente a los más sufrientes. “La opción por el pobre es parte capital de una espiritualidad que se niega a ser una especie de oasis, y menos todavía una escapatoria o un refugio en horas difíciles. Al mismo tiempo, se trata de un caminar con Jesús que, sin despegar de la realidad y sin alejarse de las trochas que recorren los pobres, ayude a mantener viva la confianza en el Señor y a conservar la serenidad cuando la tempestad arrecia”[24].
TALLER
1. Hoja del acompañante
REVISAR MI ARCHIVO…
Se trata de revisar detenidamente la experiencia de oración.
¨ Mis oraciones: Aprendidas, de la liturgia, espontáneas, etc. Tomar conciencia de las oraciones de todos los días.
¨ Estilos de oración: alabanza, petición, acción de gracias, etc.
¨ La manera de orar: El tiempo, el lugar, las actitudes, las formas…
¨ Los sentimientos
FORMATEAR EL ARCHIVO…
Ser capaz de desprenderse de los propios esquemas ya asumidos, para dejarlos entre paréntesis…
¨Mi oración es encuentro con Dios…
¨Mi oración me transforma cada día…
¨Mi oración me saca de mí hacia la entrega…
REINSTALAR PROGRAMAS
Se trata de centrar la fe y la propia búsqueda. Jesucristo.
RE-CREAR CREAR PLANEAR
2. Hoja del acompañado
REVISAR MI ARCHIVO…
¿Cuáles son mis oraciones más comunes?
¿Los momentos de oración, son experiencias profundas de encuentro con Dios?
¿Me gusta más las oraciones aprendidas, los métodos, o la oración, espontánea, creativa, que brota del corazón? ¿cuál practico normalmente?
¿Cómo soy al orar? rutinario, monótono, creativo, contemplativo Y ¿cómo estoy? Ansioso, neutral, en conexión, libre, en aridez, solo, etc.
¿Mi actitud ante Dios cómo es? Reverencial, respetuosa, cercana, árida, tosca. Oro sentado, postrado, de rodillas. Esto ¿qué expresa?
¿Qué sentimientos estoy experimentando frente a mi oración o cuando estoy en oración?
¿He logrado el silencio? ¿Tengo el dominio de mi mente, o aún me domina con sus fantasías, ideas, imágenes, etc. ?
¿Qué me gusta de mi oración y que no me gusta?
¿Qué debo dejar o cambiar definitivamente en mi vida de oración?
¿Qué debo fortalecer y que implementar?
REINSTALAR PROGRAMA
(Proponerse un itinerario personal de oración:
que integre oración vocal y mental)
1. Objetivo:
2. Texto bíblico:
3. Método:
4. Tiempo:
5. Oración para pedir la Sabiduría.
ORACIÓN DE SALOMÓN PARA OBTENER LA SABIDURÍA
Dios de los padres, Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre
para que dominase sobre tus criaturas,
y para que rigiese el mundo con santidad y justicia
y lo gobernase con rectitud de corazón;
dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues aunque uno sea perfecto,
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras;
que te asistió cuando hacías el mundo;
y que sabe lo que es grato a tus ojos,
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala desde tus santos cielos
y desde tu trono de gloria envíala
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Ella que todo lo sabe y lo comprende,
me guiará prudentemente en mis empresas
y me protegerá con su prestigio;
así aceptarás mis obras,
juzgaré a tu pueblo con justicia
y seré digno del trono de mi padre.
Pues ¿qué hombre conoce el designio de Dios?
¿Quién comprende lo que Dios quiere?
Los pensamientos de los mortales son mezquinos
y nuestros razonamientos son falibles,
porque el cuerpo mortal es lastre del alma
y la tienda terrestre abruma la mente pensativa.
Apenas adivinamos lo terrestre
y con trabajo encontramos lo que está a mano;
pues ¿quién rastreará las cosas del cielo?
¿Quién conocerá tu designio
si tú no le das la sabiduría
enviando tu santo espíritu desde el cielo?
Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres,
los humanos aprendieron lo que te agrada
y la sabiduría los salvó. Amén
Mortificación universal
“Luego llamó no solamente a sus discípulos, sino a toda la gente, y les dijo: ‘si alguno quiere seguirme que se niegue a sí mismo, tome su cruz y sígame. Pues quien quiera asegurar su vida la perderá; y quien sacrifique su vida por mí y por el Evangelio, se salvará”.
Montfort, una renuncia con sentido…
Para Montfort, Dios tiene su Sabiduría, y ésta es la única verdadera y digna de ser amada y buscada, pero también el mundo tiene la suya, y a esta debemos condenarla y detestarla como malvada y perversa[25]. La mortificación emerge entonces como el camino para oponerse y luchar contra esta sabiduría del mundo.
Esta sabiduría mundana se puede entender como, “una perfecta armonía con las máximas y modas del mundo; una tendencia continua a la grandeza y a la estimación; en la búsqueda constante y solapada de los propios caprichos e intereses”[26], por lo cual montfort va a hablar del triple aspecto de la sabiduría mundana: sabiduría terrena, como amor a los bienes de la tierra, sabiduría carnal como amor al placer, y diabólica en cuanto el amor y la estima a los honores.
Sin embargo, en la actualidad, para los seguidores de Jesús Sabiduría, el tema de la mortificación, propuesto y vivido por Montfort, pero también por el mismo Jesús y, los ascetas, los místicos, los santos, etc., como camino de desprendimiento y purificación de los propios bienes, deseos, emociones, parece naufragar en el mar del sinsentido. Pues si el mundo de hoy promueve la gratificación, el placer, el bienestar, el ser humano no quiere privarse de estos bienes aparentes, por el contrario busca obtenerlos.
En Montfort podemos descubrir un asceta radical. Desde su infancia y sus años de seminario deja entrever una fuerte tendencia a imponerse por él mismo renuncias y sacrificios, para aniquilar sus propias pasiones, sus deseos, sus necesidades, y agradar a Dios. Sin embargo en esta etapa, la obediencia a los superiores lo mantenía en la prudencia frente a sus tendencias ascéticas. Ordenado sacerdote, y habiendo emprendido su aventura misionera, asume una vida de pobreza, de renuncia, de mortificación y soledad, que es posible entender cuando lo vemos radicalmente abandonado a los cuidados de la providencia. En una carta a su tío Alan Robert, le dice, “pide a Dios que me dejen en paz como a los muertos en la tumba o al caracol en su concha. Pues, mientras se queda escondido en ella, parece algo. Pero en cuanto sale, es todo inmundicia y fealdad. Eso soy yo, y aún peor, pues echo a perder cualquier empresa en cuanto intervengo en ella”[27].
Consciente Montfort que la Verdadera Sabiduría no corre a habitar en una persona movida solamente por sus pasiones, orientada por sus instintivos deseos de tener, poder o placer, se impone el camino de la mortificación como la mejor manera de renunciar al mundo y así mismo, para poseer la verdadera sabiduría. “No pienses que la Sabiduría -que es más pura que los rayos del sol- vaya a entrar en un alma y un cuerpo manchados por los placeres de los sentidos, Ni te imagines que conceda descanso y paz inefables a quienes aman la compañía y vanidades del mundo”[28].
Itinerario a seguir…
Renunciar efectivamente al mundo…
Dice Jesús en su Evangelio: “nadie puede servir a Dios y al dinero”. Los bienes siendo necesarios, cuando ocupan el corazón, desplazan la centralidad de Dios en la persona. Renunciar a los bienes, y aquellos que son necesarios desligar de ellos el corazón.
¿En mi familia que importancia tiene el adquirir bienes y conservarlos?
¿Y en mí, qué importancia le doy a los bienes?
¿Es fuerte en mí el deseo de poseer? ¿Cómo ha sido la historia y la evolución de este deseo?
¿envidio a quienes poseen?
¿si tuviera mucho dinero, compraría muchas cosas para mí? ¿qué haría?
¿qué hago cuando poseo dinero, así sea poco?
¿qué me gusta comprar?
¿El tener cosas le da sentido a mi vida?
¿Cómo puedo empezar a desprenderme? ¿qué puedo hacer?
Romper con el mundo… y su sabiduría.
El mundo se encuentra inundado de corrientes y de propuestas contrarias al Evangelio, contrarias a la Sabiduría de Dios. La búsqueda de la Sabiduría exige, entrar en contraposición con este mundo de propuestas que alienen, corrompen y destruyen al ser humano, pues lo ponen en contravía de Dios. Se hace entonces necesario descubrir y tomar conciencia de este mundo que nos habita…
¿Sigo las modas del mundo actual?
¿Me preocupo por estar in o comprar lo último que salió al mercado, así no me sea necesario cambiar aquello que por ahora tengo?
¿Me siento muy atrapado por la oferta tecnológica del mundo actual?
¿Mis cosas son de marca, costosas? ¿frecuento lugares elegantes, caros?
¿mis amistades se mueven en un mundo de comodidad? ¿Quiénes son mis amigos?
¿Para granjearme amigos, prefiero no desenmascararlos y mantenerme a su lado?
¿Hago pequeños sacrificios? ¿soy capaz de negarme cosas?
¿Descubro el valor de las renuncias o más bien hago parte del mundo moderno busca suprimir cualquier renuncia o dolor?
¿tengo mi corazón muy lleno de cosas o personas, que no puedo dejar entrar y morar a Dios?
¿A qué necesito renunciar ya, para abrir más espacio en mi corazón a Dios?
Optar por Dios…
Las renuncias no tienen sentido, si no buscan acercarnos de una manera auténtica a Dios: entre más libres y desprendidos, más dispuestos para dejar a Dios habitar en el corazón. ¡llenos de tantas cosas como lograremos un pequeño espacio para Dios!. El horizonte entonces de cualquier sacrificio, y esto debe ser totalmente claro, debe ser el mismo Dios; si logramos comprender esto el camino lo haremos apresuradamente. La mortificación no es otra cosa que vaciarse, desprenderse de sí mismo para permitir que Dios realice su obra.
Verdadera y tierna devoción a María
“Aquí tienes el mejor medio y el secreto más maravilloso para adquirir y conservar la divina Sabiduría: Una tierna y verdadera devoción a la santísima vírgen”[29]
1. Grandeza de María.
María es Madre de la Sabiduría. Jesús es fruto de sus entrañas, y quien desee a Jesús debe poseer “el árbol” que lo produce.
María es señora de la Sabiduría. En la encarnación el mismo Dios se ha sometido a María, su tierna madre.
María es el trono regio de la sabiduría eterna. En María se manifiesta la Sabiduría: “manifiesta sus grandezas, ostenta sus tesoros y encuentra sus delicias”… María es santuario donde encontramos la divinidad.
María es el imán sagrado. Atrae la Sabiduría donde quiera que se encuentre.
María es el medio más seguro, más fácil, corto y santo.
Si nosotros obtenemos el amor de María, pronto hallamos la sabiduría.
2. La verdadera devoción
“consiste en un gran aprecio de sus grandezas, en un reconocimiento sincero de sus beneficios, en un celo inmenso por su gloria, en una invocación continua de su ayuda, en una total dependencia de su autoridad, en una firme y tierna confianza en su bondad maternal”[30].
La verdadera devoción es interior, tierna, constante, y santa.
“Consagrarte totalmente a ella – y a Jesucristo por medio de ella - en calidad de esclavo, haciéndole entrega total y perpetua del propio cuerpo, alma, bienes interiores y exteriores…”[31].
3. Consagración total
En el mundo de hoy, por un lado con la fuerte tendencia a la secularización, y del otro, la superficialidad en la vivencia del compromiso cristiano, la consagración, sin duda, es un camino muy claro y profundo para llegar a ser mejores cristianos, pues de ella se puede decir que es la perfecta renovación de los compromisos bautismales.
“Si por María vino Jesucristo al mundo,
Por medio de ella debe reinar en el mundo”.
notas
[1] Montfort. Obras completas. En Verdadera Devoción. Nº 61
[2] Montfort. Op. cit. ASE. Nº 65
[3] Ibíd. Nº 66
[4] Ibíd. Nº 70
[5] Ibíd. Nº 117
[6] Ibíd. Nº 154
[7] Ibíd. Nº 186
[8] Ibíd. Cfr. Nos. 90-103
[9] Textos tomados de “ser hombre de deseos”. Olivie Maire
[10] Cfr. Montfort. Obras completas. ASE Nº 30
[11] Mt
[12] Montfort, obras completas, carta 6.
[13] Ibíd. TVD Nº 184
[14] Ibíd. Nº 99
[15] Cfr. Ibíd. Nos. 185-188
[16] Cfr. Ibíd. La Compañía de María. Nos. 28-30
[17] Ibid. TVD. N.196
[18] Ibid. La Compañía de María, N. 60.
[19] Ibid. Regla primitiva de l Sabiduría, N. 134, 2. 138, 4.
[20] Ibíd. ASE. Nº 193
[21] Henri Nouwen. Tres etapas de la vida espiritual: un proceso de Búsqueda. Pp. 122
[22] Shariton (ed). Tha Arto f prayers, London, Faber and Faber. 1996.
[23] Juan Pablo II. Redemptoris Missio, 91
[24] Cead. Gustavo Gutiérrez habla de la V conferencia.
[25] Montfort, obras completas. ASE pg 191, N. 74
[26] Ibíd. ASE N. 75
[27] Ibid. Carta N. 4
[28] Ibíd. ASE, N. 195
[29] Montfort. Obras completas. ASE 203
[30] Ibíd. ASE 215
[31] Ibíd. ASE 218
talleres
Medios para adquirir y conservar la Sabiduría
Deseo Ardiente
¿Qué deseos me habitan?
¿Qué desea Dios?
Oración Continua
¿Cómo es mi oración diaria?
¿Qué le aporta a mi vida la oración?
Mortificación universal
¿ En qué se manifiesta la sabiduría del mundo en mí ?
¿ Cómo se manifiesta la Sabiduría de Dios en mí ?
Verdadera y tierna devoción a la santísima virgen María
¿Cómo vivo mi experiencia de María en un día ?
¿ Qué aporta a mi vida la experiencia mariana ?
¿Soy conciente que como montfortiano el eje de mi vida es buscar la Sabiduría, Jesucristo, y vivir en él? ¿Cómo se manifiesta esto en el diario vivir?
¿Los medios han sido en mi experiencia, verdaderamente un itinerario que he utilizado para buscar la Sabiduría?
Curso para Formadores de América latina y el caribe - CUPAFAL
ITINERARIO para adquirir y conservar la Sabiduría, Jesucristo.
Edmer Iván Salgado G.
JESUCRISTO SABIDURIA.
“Dios no nos ha dado otro fundamento de salvación, perfección y gloria que Jesucristo. Todo edificio que no este construido sobre esta roca firme, se apoya en arena movediza. Quien no esté unido a Cristo como el sarmiento a la vid, caerá, se secará, y lo echarán al fuego” TVD 61. Por estos motivos, la vida cristiana, y por lo mismo, la vida montfortiana, es un itinerario de búsqueda de la Sabiduría, asumiendo las renuncias, exigencias y consecuencias que este itinerario plantea.
El p. de Montfort, que sabe de nuestra incapacidad para hacer camino solos, que sabe de nuestras inconstancias y, habiendo él mismo emprendido el camino hacia la sabiduría, nos propone entonces los medios para adquirir y conservar la Sabiduría Eterna y Encarnada.
A continuación encuentras los medios, una pequeña exhortación del padre Montfort sobre cada medio, y unas preguntas orientadoras. Al final te ofrecemos la oración para pedir la Sabiduría. Te invitamos a emprender esta apasionante itinerario hacia la felicidad que la sabiduría te ofrece y abandonado en la fe a la palabra del Señor: “pidan y se les dará, busquen y encontrarán, y llamen y se les abrirá” Mt 7, 7.
La propuesta es que hagas tu examen o relectura diaria en tu oración de la tarde, o antes de irte a la cama. La meta de este examen es desarrollar un corazón que a los largo del día viva en discernimiento y acierte en las opciones que hace, de modo que camine hacia el encuentro con la verdadera Sabiduría. Vas a hacerlo entonces, desde los medios que montfort propone para alcanzar y conservar la sabiduría.
Deseo Ardiente
“¿Qué esperan para abrir los ojos y los corazones a la divina Sabiduría, que es la más deseable de todas las realidades, que para ganarse el corazón de los seres humanos revela su propio origen, manifiesta su belleza, ostenta sus tesoros y atestigua de mil maneras sus anhelos de que la deseen y busquen?” ASE 181
¿Qué deseos se han hecho presentes en mi hoy?
¿Qué deseó Dios hoy de mi?
Oración Continua
“Cuanto mayor es un don de Dios, tanto más difícil es alcanzarlo. ¿cuántas plegarias y trabajos no implicará entonces el don de la Sabiduría, que es el mayor de todos los dones de Dios” ASE 184
¿ Cómo viví hoy la oración ?
¿Qué me reveló Dios en la oración?
Mortificación universal
“La sabiduría, ella misma, va de un lado a otro buscando a los que la merecen (Sab 6, 16). Busca, porque el número de estos es tan reducido, que encuentra a muy pocos bastante desapegados del mundo, suficientemente interiores y mortificados, y por lo tanto, dignos de ella: de su persona, de sus tesoros y de su amistad” ASE 195.
¿ En qué se manifiestó la sabiduría del mundo en mí hoy ?
¿ Cómo se manifiestó la Sabiduría de Dios en mí hoy ?
Verdadera y tierna devoción a la santísima virgen María
“La más perfecta y útil de todas las devociones a la santísima virgen es la de consagrarte totalmente a ella –y a Jesucristo por medio de ella - en calidad de esclavo, haciéndole entrega total y perpetua del propio cuerpo, alma, bienes interiores y exteriores…” ASE 219.
“Todo se resume en obrar siempre: por María, con María, en María y para María, a fin de obrar más perfectamente por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo y para Jesucristo” TVD 257.
¿Cómo experimenté hoy la presencia de María?
¿ Qué virtudes de María asumí hoy?
Oración para pedir la Sabiduría.
En el acompañamiento se va revisando la constancia, profundidad, crecimiento, etc.
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